¿El oficio?... Cómo lo hacemos
Un reclutamiento de calidad, desde el Job Description hasta la contratación del profesional, requiere un buen Know How. Esta amalgama de conocimientos, experiencias - derrotas y éxitos - y, a la postre, “horas de vuelo” es asimilable al concepto de Oficio. Los dos términos son coincidentes, pero el Oficio “amplifica” el significado del Know How, incorporando valores éticos y actitudinales. Es un norte y nunca se alcanza plenamente.
Oficio es tener la sensatez de admitir que no siempre somos infalibles en nuestro trabajo pues abordamos el complejo ámbito del ser humano.
Entrevistar exige método, habilidad y atención - para descifrar trayectorias y competencias - y requiere Oficio para discernir lo importante de lo accesorio. No buscamos personas que puedan llevar adelante buenas entrevistas sino que sepan asumir las responsabilidades de un puesto.
Hacer una entrevista con educación y respeto es Know How, hacerla cálida es Oficio.
Es Oficio ser capaz de destacar algunos trazos del perfil de una persona a los cinco minutos del encuentro, pero es una veleidad emitir juicios casi definitivos un minuto después. Hay que huir del efecto halo como valor exclusivo de evaluación. Es una proyección, no una competencia.
Oficio es también intuir - en el mismo momento de la toma de perfil - el nivel de dificultad que tendrá un reclutamiento, discernir los perfiles realistas de las quimeras, saber explicarlo y plantear perfiles alternativos en base a la realidad del mercado.
Es oficio aceptar en buena lid que un Candidato – “Ideal” - se retire de un proceso. También lo es indicarle que las contraofertas económicas son siempre malas compañeras de viaje. Es humano lamentarse por el trabajo baldío pero es Oficio retomar el encargo con ahínco.
Es Oficio, en definitiva y entre otras muchas cosas, tener asumido que el Consultor es el oficiante, no el protagonista. Ese papel es exclusivo de los demás; los profesionales y los clientes.
Oficio es tener la sensatez de admitir que no siempre somos infalibles en nuestro trabajo pues abordamos el complejo ámbito del ser humano.
Entrevistar exige método, habilidad y atención - para descifrar trayectorias y competencias - y requiere Oficio para discernir lo importante de lo accesorio. No buscamos personas que puedan llevar adelante buenas entrevistas sino que sepan asumir las responsabilidades de un puesto.
Hacer una entrevista con educación y respeto es Know How, hacerla cálida es Oficio.
Es Oficio ser capaz de destacar algunos trazos del perfil de una persona a los cinco minutos del encuentro, pero es una veleidad emitir juicios casi definitivos un minuto después. Hay que huir del efecto halo como valor exclusivo de evaluación. Es una proyección, no una competencia.
Oficio es también intuir - en el mismo momento de la toma de perfil - el nivel de dificultad que tendrá un reclutamiento, discernir los perfiles realistas de las quimeras, saber explicarlo y plantear perfiles alternativos en base a la realidad del mercado.
Es oficio aceptar en buena lid que un Candidato – “Ideal” - se retire de un proceso. También lo es indicarle que las contraofertas económicas son siempre malas compañeras de viaje. Es humano lamentarse por el trabajo baldío pero es Oficio retomar el encargo con ahínco.
Es Oficio, en definitiva y entre otras muchas cosas, tener asumido que el Consultor es el oficiante, no el protagonista. Ese papel es exclusivo de los demás; los profesionales y los clientes.